¡Ya está aquí, ya llegó! Hoy estrenamos el primer post de nuestra nueva sección Una Boda Simple. Y empezamos fuerte, con uno de los asuntos que más quebraderos de cabeza nos trae después de decidir unir nuestra vida con la de otra persona a ojos de la ley. Estamos hablando señoras y señores, niñas y niños, abuelas y abuelos… del lugar de la celebración.
El lugar es uno de los aspectos más importantes a la hora de celebrar cualquier evento, y no digamos ya nuestra propia boda. Queremos un sitio bonito, cómodo para nosotros y los invitados, que tenga significado en nuestras vidas y a poder ser, económico. Desgraciadamente estos cuatro factores no se suelen combinar de manera frecuente, así que si encontráis un lugar así ¡no lo dudéis y reservadlo cuanto antes! Y si no…. siempre podéis pensar en la posibilidad de hacer una boda en casa.
Ahora que ya no hace falta ir al juzgado o al ayuntamiento para unirse al selecto club del matrimonio, celebrar una boda en casa se convierte en una opción fantástica y con ventajas inconmensurables para parejas que quieran celebrar su compromiso de manera sencilla y personal.
Para empezar, esta posibilidad os ofrece una intimidad absoluta para disfrutar de uno de los momentos más especiales de vuestra vida. Juntos y rodeados de vuestros seres queridos, en un entorno familiar que conocéis de sobra y que seguramente os traiga recuerdos maravillosos. Y no sólo a vosotros. Seguro que muchos de vuestros invitados también rememoran vivencias y anécdotas ocurridas en ese lugar.
Otro aspecto positivo de organizar una boda en casa es la libertad para hacer las cosas a vuestra manera, respetando vuestros gustos y opiniones sin las reglas que a menudo exigen los espacios para bodas. Vosotros decidís si queréis encargar unos pollos asados en el bar de enfrente o contratar un catering con estrellas Michelin, si utilizar la vajilla de porcelana de la abuela o la cubertería de IKEA, si escuchar música barroca o techno del duro, si servir sólo vino o litros de orujo e hidromiel o si casaros en traje de baño o vestidos de stormtroopers.
Unido a esto, hacer una boda en casa posibilita controlar aspectos que tienen que ver con vuestros principios, como la sostenibilidad. Hoy en día todavía son pocos los establecimientos dedicados a bodas que se preocupan del impacto de sus eventos en el medio ambiente, sin embargo eso no tiene por qué suponer un problema en vuestro hogar, en donde sois vosotros los que ponéis las reglas.
Finalmente, una celebración en casa os permite disponer del tiempo y la tranquilidad para hacer pruebas o coordinar aspectos prácticos como la decoración. Como tenéis acceso libre al espacio, disponéis de meses para medir, remedir, probar, colgar, descolgar, plantar, replantar, quitar y poner tooooodo lo que queráis.
Y sí, sé lo que estáis pensando. Muy bien Alba, todo esto es muy bonito pero es que yo vivo en un apartamento de 30m2…
¡Qué casualidad! ¡Yo también! Sin embargo, en el momento en que decides casarte te sorprenderá la cantidad de personas de tu círculo más cercano que quieren ayudar como sea a hacer de ese día uno de los más felices de tu vida. Así que si tu piso es muy pequeño o vives en otra ciudad, pídele prestado la casa, el jardín o el huerto a tus padres, amigos o algún miembro cercano de tu familia ¡Seguro que no tienen ningún problema y que están encantados de formar parte de tu día!
Y es que celebrar una boda en tu casa o en la de alguien muy cercano es también una oportunidad para llenar ese espacio de alegría y amor, proveerlo de nuevas anécdotas y recuerdos y así engarzar otra perla al collar de las vivencias familiares. Que al final, es lo que importa.
P.D. Y tú ¿has asistido a alguna boda hecha en casa? ¿o estás preparando la tuya? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
*Foto de portada: Unsplash