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UNA CIUDAD SIN COCHES: EL EJEMPLO DE ÁMSTERDAM

El otro día paseando por la ciudad bajo un sol de justicia me di cuenta de un hecho bastante obvio: Madrid está hecha para los coches. Mi barrio, un pedacito de tierra por lo demás estupendo, me llega a irritar cuando al salir a dar un paseo tengo que cruzar no una ni dos, sino tres grandes avenidas. Mientras los automóviles son libres de circular por las venas de esta ciudad casi sin restricciones, los peatones nos enfrentamos a vías de varios carriles, semáforos distantes y pasos colocados de manera arbitraria. Y eso sin contar con que tenemos que respirar los humos asfixiantes y contaminantes generados por miles de tubos de escape funcionando al unísono.

 

De momento no tengo coche, ni ganas de comprarme uno. Ya lo explicaba en este post. Sin embargo he tenido conversaciones sobre el tema con gente que sí lo tiene y que me han llevado a pensar que es imposible cambiar el modelo de una ciudad como Madrid, vasta, con varias ciudades dormitorio en la periferia y cuyo planeamiento urbano se ha basado desde hace años en el uso del transporte individual.

 

Sin embargo, cuando no me quiero dar por vencida pienso en Ámsterdam, donde tuve la suerte de vivir durante más de dos años. Lo que me sigue enamorando de ella es la vida que se hace en sus calles, el bullicio de sus canales, las terrazas atestadas, las personas con las cestas de sus bicicletas llenas tras volver del mercado, algo que no sería posible sin carriles bici, calles peatonales y restricciones de tráfico. El reinado de las bicicletas y los peatones junto con un buen sistema de tranvías, autobuses y trenes de cercanías (caro, pero bueno) hacen que la circulación de automóviles en el centro de la ciudad se reduzca a unas cuantas vías principales y a su anillo de circunvalación.

 

Lo que muchos no saben es que en los años 60 Ámsterdam era una ciudad que abrazaba el uso del automóvil como la medida definitiva del progreso. Ámsterdam en los 60 era, al igual que Madrid hoy, una ciudad para los coches.

 

Cornelia Dinca, una investigadora que se ha centrado en el proceso de transformación de la ciudad holandesa lo explica perfectamente cuando cuenta las reacciones de la gente al ver las fotografías de Ámsterdam en aquella época: “Casi siempre dicen lo mismo: se parece muchísimo a mi ciudad”. Y si no te lo crees échale un vistazo a estas fotografías recogidas por Daily Hive:

 

Amsterdam

Imagen publicada en Daily Hive: Archivo de Ámsterdam (beeldbank.amsterdam.nl) y Thomas Schlijper

Amsterdam 

Imagen publicada en Daily Hive: Archivo de Ámsterdam (beeldbank.amsterdam.nl) y Thomas Schlijper

Amsterdam

Imagen publicada en Daily Hive: Archivo de Ámsterdam (beeldbank.amsterdam.nl) y Thomas Schlijper

Amsterdam

Imagen publicada en Daily Hive: Archivo de Ámsterdam (beeldbank.amsterdam.nl) y Thomas Schlijper

 

Ámsterdam ha demostrado que con movilidad ciudadana y voluntad política cambiar el modelo de una ciudad basada en el tráfico a una ciudad para las personas es posible. ¿Podremos hacerlo nosotros?

 

P.D. Y tú ¿opinas que nuestras ciudades se pueden transformar tal y como lo hizo Ámsterdam o que seguirán siendo territorio del coche?

 

*Foto de portada: Unsplash

1 comentario

  1. Pablo
    junio 27, 2016

    Creo que sólo es necesario que alguien sea valiente, aunque sea una legislatura,y estar dispuesto a que sea única, pues posiblemente el rechazo inicial sea grande, pero el beneficio a largo plazo enorme.
    Siempre ‘ese’ cambio hacia la habitabilidad se ve como una pérdida de ‘derechos’, y siempre existe una fuerte resistencia, incluso de vecinos y comerciantes pero…Afortunadamente se observa (p.e. Valencia) que cuando hay un ligero cambio hacia ciertos signos políticos lo verde y la habitabilidad se toma en cuenta más en serio.

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