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TRABAJA EN LO QUE TE GUSTA Y CAMBIARÁS EL MUNDO

Hace unas semanas en una de esas casualidades que nos regala la vida descubrí un libro interesantísimo llamado «La Era del Sucedáneo», una recopilación de reflexiones de William Morris, miembro de la burguesía inglesa dedicado a la artesanía que vivió en el s. XIX. En sus escritos, elaborados en pleno auge del sistema industrial, Morris rechaza la idea de la producción en masa y la figura del obrero como una pieza más de la cadena de producción, defendiendo una sociedad futura en la que cada individuo dedica sus energías a trabajar en lo que más le gusta:

 

(Los artistas) hemos recordado lo que ha olvidado la mayoría de las personas que viven inmersas en el horrible y estéril trabajo de esta era de sucedáneos: que es posible ser feliz y que el trabajo puede ser un placer; es más, que la esencia del placer deriva del trabajo si se realiza correctamente.

 

Me sigue sorprendiendo la cantidad de veces que un problema que creemos exclusivamente actual aparece en obras antiguas. Parece mentira que las reivindicaciones de un pensador del s. XIX se puedan aplicar de una manera tan directa a la época en la que vivimos, ya que ¿no estamos en este mismo instante sumergidos en una nueva era del sucedáneo?

 

Hoy en día hay mucha gente que trabaja (y con trabajo me refiero a todas las acciones dirigidas a ganar nuestro sustento) para sobrevivir. Invirtiendo lo más valioso que posee (sus horas, minutos y segundos) en una labor que no les motiva. Produciendo de manera mediocre un resultado final que no tiene nada que ver con sus verdaderos talentos.

 

Es una pena que desperdiciemos nuestras virtudes de esa manera, ya que todo el mundo tiene un don excepcional para algo: construir estructuras, crear objetos, organizar conceptos abstractos, desarrollar teorías, exponer ideas… Si trabajamos en lo que nos gusta estamos dedicando todas nuestras energías a algo que amamos, que se nos da bien, algo en lo que se nos pasan las horas sin apenas darnos cuenta. Y al hacerlo nos sentimos realizados e inevitablemente resultamos más útiles al conjunto de la sociedad, porque ésta se beneficia del producto de nuestro esfuerzo, de mejor calidad que aquel que se realiza de forma mecánica y sin ganas como medio para ganar un salario.

 

Pero no sólo eso, como reza el título de este post, estoy segura de que si te dedicas a lo que realmente te apasiona e interesa, podrás cambiar el mundo. Marie Curie podría haber tirado la toalla después de ser rechazada como estudiante por ser mujer. Sin embargo siguió su pasión, desarrolló sus capacidades y se convirtió en una pionera de la radioactividad. Una decisión individual que sin embargo ha reportado una sabiduría incalculable a la humanidad. Y ella es sólo un ejemplo, porque muchas de las personas que consideramos genios han alcanzado esa categoría no sólo por su inteligencia sino también por creer ciegamente en sus posibilidades.

 

Con esto no estoy diciendo que mañana renuncies a ese puesto que no te motiva. No soy quién para hacerlo. No sé cuáles son tus circunstancias personales o el momento que estás viviendo. Con estos ejemplos, con Morris y Curie, sólo pretendo que reflexionemos acerca de nuestra existencia como una sucesión de días que tienen que servir para algo. Que tienen que apoyar el fin último de la vida, que es vivirla. Y qué mejor manera de hacerlo que invirtiendo nuestro tiempo en hacer lo que amamos.

 

Así que, por favor, no desaproveches tu talento. El mundo te lo agradecerá.

 

P.D. Y tú ¿crees que trabajar en lo que te gusta puede cambiar el mundo?

 

*Foto de portada: Unsplash

11 comentarios

  1. Elisa
    marzo 9, 2016

    Por supuesto. Trabajar en lo que a uno le gusta puede cambiar el mundo. Una persona puede aportar mucho más trabajando en lo que le apasiona.
    No obstante es un camino difícil, no siempre las personas que están a nuestro alrededor entienden que queramos optar por ese camino y no por cualquier trabajo que nos salga.
    Me apunto el libro que mencionas, parece muy interesante y no lo conocía.
    Un abrazo,
    Elisa

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    • Alba
      marzo 9, 2016

      Hola Elisa! Pues sí, es un camino más difícil porque además es el inexplorado. Un abrazo grande 🙂

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  2. Ana Samper
    marzo 10, 2016

    Por desgracia el sistema educativo tiene mucho que ver en esto….. si desde pequeños nos enfocasen a desarrollar nuestras capacidades y habilidades en lugar de llenarnos de conocimientos que no necesitamos y de cortarnos la motivación desde los 3 años rellenando fichas habrá mas personas felices en el mundo viviendo de lo que verdaderamente saben hacer….

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    • Alba
      marzo 12, 2016

      Hola Ana! Desde luego que tiene que ver y hay mucho que cambiar en ese sentido… Gracias por pasarte 😉

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  3. David
    marzo 10, 2016

    Curiosamente, si una de las características del la sociedad es la del gusto por el sucedáneo (por la falsificación decía Foucault, o por el espectáculo escribía Debord), otra importante es el espejismo de omnipotencia. Desde luego que no está a nuestro alcance cambiar el mundo- ni falta que hace-. A lo sumo cambiar tu vida. Pero es un punto ver como se ha convertido en lugar común lo de cambiar el mundo, o si quieres puedes, etc.
    Por lo demás, escribes un blog delicioso. Un saludo

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    • Alba
      marzo 12, 2016

      ¡Gracias por tu comentario David! Llámame romántica, pero yo creo que el mundo se cambia a poquitos y todos los días. Desde mi punto de vista un profesor que contagia su pasión a sus alumnos está cambiando el mundo, aunque sólo sea un pedazo de él, ¿no crees? Un abrazo

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      • David
        marzo 12, 2016

        Seguro que es como dices, pero creo que nuestra época tiende a sobrevalorar hasta el infinito el poder del individuo, y pasa factura en forma de frustración. Incluso cierta psicología peca del «querer es poder» o «si deseas mucho algo el mundo conspira a tu favor».
        Aplicado al trabajo, la gran mayoría de personas esta realmente atrapada en un curro que no le gusta, pero dejarlo le coloca en peor situación y lo más que puede hacer es adaptarse.
        Pero claro que en un trabajo que sintonizas con tu aptitudes todo fluye.
        Un abrazo.

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  4. Javi
    marzo 10, 2016

    Genial! Estoy totalmente de acuerdo, pero haciendo de abogado del diablo un poco… qué se supone tiene que hacer una persona con nivel de estudios bajo, y que ya está en la rueda de la sociedad (facturas, hipoteca, familia…)?? Es muy difícil salirse de esa rueda y vivir de su pasión creo. Aunque sería muy interesante escuchar el testimonio de alguien que lo haya conseguirdo..
    Y en relación a esto quizás os interese este post http://consumoresponsable.es/quien-eres-realmente-ten-taumutus-days-con-kimi-werner/

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    • Alba
      marzo 12, 2016

      Gracias por el artículo Javi, ¡muy inspirador! Creo que lleva mucho tiempo y mucha valentía reflexionar acerca de qué es lo que quieres hacer y ponerte a ello, precisamente porque como dice Ana arriba, no nos han educado para ello. ¡Un saludo!

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  5. Lady Madrid
    marzo 11, 2016

    Un post muy acertado! Parece que el destino de tantísimos años de educación es acabar encerrado en una silla, una mesa y un ordenador, realizando una tarea que nos esclaviza, con el fin de conseguir nuestra ¨libertad¨gracias a ese sueldo. Y lo critico fuertemente porque desgraciadamente me identifico como una de esos «esclavos del puesto de trabajo». Muy difícil salir de la rueda, como mencionaba Javi, aunque no imposible. ¿Cómo sería dedicarse a todo aquello que haces bien? Tener varios pequeños negocios o actividades, que juntas te produzcan todo el sustento que necesitas. Parece un sueño al alcance de pocos, pero, ¿creéis que es posible? Un saludo, y felicidades por el blog, es estupendo!

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    • Alba
      marzo 12, 2016

      ¡Hola Lady Madrid! Muchas gracias por tu comentario y tus reflexiones. Yo creo que sí es posible, pero no necesariamente fácil e implica un esfuerzo no sólo a nivel de trabajo sino a nivel personal. ¡Seguiremos hablando de este tema en el blog! Un saludo 🙂

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