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LAS TRES PREGUNTAS CLAVE PARA COMPRAR DE MANERA ÉTICA

Ahora que se acerca el famoso Black Friday y que incluso en los escaparates del barrio se suceden las ofertas, creía necesario hacer un post sobre el consumo ético. Porque sé que, por muy anticonsumistas que sean nuestras navidades, en las próximas semanas la gran mayoría de nosotros adquiriremos algún producto, bien para consumo propio o bien para regalar a otra persona, y al menos, me gustaría aportar mi granito de arena para que esas decisiones de compra sean conscientes.

 

Y qué mejor manera de hacerlo que compartir una estrategia que personalmente me lleva funcionando varios años y que se resume en hacernos tres sencillas preguntas antes de adquirir algo nuevo. ¿Quieres saber cuáles son?

 

PRIMERA PREGUNTA CLAVE: ¿LO NECESITO O SIMPLEMENTE LO QUIERO?

Esta es una pregunta muy útil sobre todo cuando compramos algo para nosotros, aunque también se puede aplicar a regalos: ¿lo necesita? Y si no lo hace ¿le aportará algo positivo a su vida? ¿le hará mucha ilusión porque es algo que le apasiona o nos hace más ilusión a nosotros regalarlo porque nos deja en buen lugar?…

 

Pero volvamos al consumo propio. Me ha pasado ya varias veces al hablar del armario cápsula, que algunos lectores no se llegan a creer que puedas vestir tres meses con una veintena de prendas, incluyendo zapatos y complementos varios. Sin embargo, de lo que no nos damos cuenta es de que este número es bajo desde la perspectiva del capitalismo occidental de los últimos años, porque para el resto del mundo (o para generaciones anteriores) es una cantidad de ropa casi obscena.

 

Quería poner este ejemplo porque ilustra muy bien que el problema no es que creamos que no podemos vivir sin esas prendas, sino que elegir esa cantidad de ropa implica renunciar conscientemente al nivel de consumo al que estamos acostumbrados. Nos hemos habituado de tal manera a la satisfacción inmediata, que planificar nuestro armario acorde con nuestras necesidades nos parece ilógico y necesitamos tener la certeza de que si queremos algo, lo podemos tener. En definitiva hemos convertido la verdadera necesidad en la última de nuestras prioridades.

 

Por eso es tan necesaria esta primera pregunta clave. Porque todos, sin excepción, nos dejamos de vez en cuando llevar por esos impulsos de querer algo con todas nuestras fuerzas, sin realmente necesitarlo.

 

SEGUNDA PREGUNTA CLAVE: ¿HA SUFRIDO ALGUIEN PARA QUE YO POSEA/REGALE ESTO?

Lo tengo comprobado, la mayoría de la gente es buena persona, seres humanos que intentan pasar por el mundo dejando un buen recuerdo. Por eso me parece curioso que, como sociedad, hayamos desarrollado una capacidad de ceguera tan importante a nivel de consumo. Un ejemplo habitual es ver cómo adquirimos productos para hacer felices a personas cercanas sin reparar en que ese mismo producto está empeorando la vida de alguien al otro lado del planeta.

 

Ojo, que nadie se tome esto como algo de lo que sentirnos culpables, sino como pensamientos para la reflexión y el cambio. ¿Merece la pena dar nuestro dinero a una empresa que mantiene esas prácticas? ¿realmente nos sentimos cómodos regalando a nuestros hijos ropa confeccionada por madres que no pueden ver a los suyos debido a sus duras condiciones de trabajo? Lo que digo, material rumiante para darle al coco.

 

TERCERA PREGUNTA CLAVE: ¿CÓMO AFECTA ESTE PRODUCTO AL PLANETA? 

Para hacernos una idea aproximada del impacto del producto que vamos a adquirir en la naturaleza, debemos tener en cuenta varios factores:

 

UNA COSTUMBRE MÁS SENCILLA CON EL TIEMPO 

Aunque al principio, ante un impulso de compra tengamos que hacer un esfuerzo consciente por preguntarnos cada una de estas tres cuestiones, comprobarás que con el paso del tiempo, éstas te surgirán con toda naturalidad. ¡Espero que me lo cuentes!

 

 

P.D. Y tú ¿vas a ejercitar estas tres preguntas para unas compras más éticas? ¿Tienes algún que otro truco que te sirva a la hora de comprar de manera consciente? ¡Compártelo en comentarios!

 

 

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7 comentarios

  1. victor
    noviembre 22, 2017

    Buen y muy necesario post, si me permites el abuso, me daré el lujo de resumirlo todo en una simple frase que tú has comentado dentro del post y que yo vengo usando desde hace tiempo para controlar las compras:
    “Si tu compra es impulsiva, no necesitas esa compra y muy seguramente cumpla todas las razones éticas que te impiden comprarlo”
    Al menos a mí me vale, cada vez que llegan este tipo de fechas nos vemos saturados de súper ofertas en artículos que de repente parecemos necesitar de una manera casi vital, si así fuera, llevaríamos tiempo buscando y nos daría igual la fecha en la que estamos. Lo normal es que los productos que están en súper ofertas, sean de marcas multinacionales con ansia de copar el mercado con sus productos, si pueden bajar mucho en precio de venta es por tener mucho margen, si tienen mucho margen de venta… ya sabemos lo que puede suponer. Cierto es que no siempre se cumple, pero al menos a mí me funciona con todo lo material, las únicas veces que me lo salto es con libros (ya sean de papel o electrónicos) y con formación, cursos, universidad y demás, porque por muy mal que lo haga, aunque no lo termine por las circunstancias que sean, algo me aportan y enriquecen, además de que por lo general van siempre orbitando alrededor de mis gustos formativos.

    En fin, que como decía mi abuela “sentidiño rapaz, sentidiño” frase que vale para tooooooooooodos los ámbitos de la vida.

    Un saludo.

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    • Alba
      noviembre 22, 2017

      ¡Muy fan de la frase de tu abuela Víctor! No hay nada como el sentido común para esto y, como dices, para todo. Y creo que tienes razón en que una compra impulsiva es una compra que generalmente no necesitamos. Por eso es tan útil tener herramientas que nos hagan ver que no lo necesitamos. ¡Un abrazo!

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  2. Néstor
    noviembre 22, 2017

    Yo empecé a usar un truco.
    Cada vez que quiero comprar algo lo apunto en una hoja y dejo pasar unas semanas. Si consigo coger el papel y decir lo que pone es que realmemte me hace falta. Me paso con una mochila. Quería comprarme un nueva y a las tres semanas encontré el papel y dije estoy seguro de que son unos pantalones de chandal para hacer deporte.

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    • Alba
      noviembre 28, 2017

      ¡Qué buen truco Néstor! Gracias por compartir 🙂

      Responder
  3. patricia
    diciembre 1, 2017

    Bueno yo estoy de acuerdo en parte, si es verdad que el 80& de las cosas que hacemos son impulsivas aunque yo estoy intentando dar pequeños pasos para comprar solo cosas relacionadas con el ocio(experiencias) y regalar cosas que hagan falta,,un ejemplo mi hijo de 6 años a empezado a leer hace como media año atrás entonces para su cumpleaños que es el próximo dia 8 de diciembre todos los años por mi parte le caia un juguete que se juntaba a los pocos días con los regalos de reyes y lo mas probable es q l diera de lado,,este año que estoy inmersa en cambiar cosas asi le he comprado una tarjeta de una libreri a que hay en Sevilla relativamente nueva que se llama READ AND READ,,son libros de segunda mano de todo tipo y por 10 e te llevas 5 libros independiente mente del tamaño grosor clase etc,,asi q eso mas dos entradas para un aobra de teatro en la sala cero es mi regalo de cumpleaños.

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  4. bella
    enero 23, 2018

    Hola Alba,
    yo soy una estudiante en un instituto de Alemania.
    A mi me gusta tu idea pero es muy dificil para mi porque yo compro mucha ropa. Voy a reflexionar sobre tus propuestas.

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    • Alba
      enero 25, 2018

      ¡Hola Bella! Qué bueno recibir comentarios desde otros puntos de Europa 😉 Si te interesa la moda te recomendaría investigar sobre el proceso de producción de la ropa que compras (hay muchísimos documentales o campañas como «ropa limpia» que hablan sobre el tema) y apostar por la segunda mano. Y si te apetece o crees que es el momento, quizá podrías hacer una reflexión sobre lo que realmente necesitas, quizá no es tanto como crees. Un abrazo.

      Responder

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