En plena campaña de declaración de la renta no paran de salirnos por las orejas los presuntos casos de evasión fiscal por parte de personajes públicos de toda índole: políticos, empresarios, presentadores, actores, directores de cine… Ante esto, y aunque este tema ya esté muy manido, envidio muy fuerte a países en los que el que no paga impuestos (sea personaje público o no) es considerado unánimemente un mal ciudadano y donde declaraciones como éstas serían impensables.
Pero aunque den ganas de darse por vencido y caer en el pesimismo crónico, cuando otro personaje que parecía intachable y al que se le llenaba la boca contra la corrupción aparece en los papeles de Panamá, de Suiza o de las islas Caimán yo me acuerdo de esa gente que, teniendo menos recursos que éstos, permiten con sus impuestos que este país siga adelante.
Estoy hablando de los autónomos, los emprendedores, la pequeña empresa, como queráis llamarlos. Estas personas son la gente que sostiene nuestro sistema sanitario, nuestra seguridad social, nuestros colegios y universidades, etc. Son nuestros vecinos, los humanos con los que nos cruzamos a diario.
Así que, aunque de momento Hacienda no seamos todos, creo que el pequeño comercio, y en general la pequeña empresa, sí que somos todos por lo siguiente:
Porque el pequeño comercio paga más impuestos
En proporción, una gran empresa sólo paga la mitad de impuestos que un autónomo.
Porque al comprar en un pequeño comercio estás robusteciendo la economía local
Comprando en pequeño comercio harás posible que el dueño de la frutería donde haces tu compra semanal pueda adquirir todos los días el periódico en el kiosko, cuyo encargado podrá pagar la reparación de su lavadora en la tienda de electrodomésticos del barrio, regentada por alguien que con ese dinero podrá sacarse el carnet de conducir en la autoescuela de enfrente o salir a cenar al restaurante de la esquina… Y así hasta el infinito.
Porque al comprar en un pequeño comercio estás ayudando a un autónomo a pagar su cuota de seguridad social
Y de esta manera estás remediando dos males: que un pequeño negocio quiebre y que toda la sociedad pierda su aportación mensual a nuestro sistema de seguridad social.
Porque al comprar en un pequeño comercio estás fomentando el empleo en tu zona.
¿Qué pasaría si todos compráramos en tiendas de barrio? Que necesitarían más trabajadores. Y lo más probable es que el dueño de un pequeño comercio contrate a alguien que conozca o del que pueda tener buenas referencias, a alguien del entorno. Y así, el circulo sigue su curso, ya que el nuevo empleado también comenzará a cotizar y reinvertirá su dinero en la zona.
Además, aparte de todas las razones económicas, al comprar en un pequeño comercio:
- Obtendrás atención personalizada
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Estarás ayudando a mantener la esencia y personalidad de tu barrio o pueblo.
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Si vives en la ciudad, tendrás la oportunidad de conocer mejor a tus vecinos y a tu comunidad.
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Premiarás el esfuerzo y la ilusión de alguien que ha puesto todo su empeño en crear o perpetuar un pequeño negocio.
El poder de los ciudadanos reside en nuestra voz y en nuestro voto, faltaría más, pero sobre todo y desgraciadamente, en el sistema económico actual el poder de los ciudadanos reside en su dinero. Tú decides a quién das el tuyo.
P.D. Y tú ¿compras en pequeño comercio? ¿se te ocurren más razones a favor de comprar en este tipo de establecimientos?
*Foto de portada: Unsplash
marina
mayo 8, 2016Comparto 100%. Hace poco descubrí tu blog, y tengo que decirte que me gustó un montón, tienes una seguidora más 🙂 Hace tiempo que también estoy en proceso de llevar una vida más sencilla y slow, y poco a poco voy haciendo cambios para mejor, es un proceso largo pero enriquecedor.
Uno de ellos ha sido el volver a comprar en comercio local y dejar de lado las grandes superficies, que por cierto no es siempre fácil. Ejemplo, encontrar una ferretería en Alemania donde vivo no fue nada sencillo, por suerte, cerca de donde vivo hay una pequeña tienda estilo ferretería (aunque no al estilo españa, aún hay muchas cosas que no puedo conseguir sin tener que ir a un «Leroy Merlin» o similar) que justo encontré cuando más necesitaba, al empezar con mi proyecto de huerto. Y aquí añado una razón más para apoyar el comercio local: te conocen, te ayudan, te asesoran y se preocupan por tí. En mi caso en esta maravillosa tienda me saludan con un «Hola Marina, ¿qué tal?» que hace aún más ilusion viniendo de un alemán que no habla español, y me preguntan como va el huerto cada vez que voy a por herramientas o algún material que necesite (empecé muy poquito a poco, y les hice muchas visitas antes de que me empezaran a llamar por mi nombre, todas las semanas estaba por alli buscando algo que descubría que necesitaba…). Ese trato tan humano es una sensación genial que es impensable en una gran superficie.
Alba
mayo 9, 2016¡Hola Marina! Muchísimas gracias por tu comentario 🙂 Pues sí, comprar en tiendas de barrio no siempre es fácil o cómodo, pero como tú dices, sólo por el trato humano ya merece la pena. Un abrazo grande
Mónica Mellado
mayo 8, 2016Completamente de acuerdo.Tenemos que ser solidarios con nuestro entorno próximo e intentar adquirir lo «made in Spain» tampoco está demás.El otro día un creativo español iba vendiendo por la calle unas libretas y separadores de libros con unos dibujos hechos por él que eran geniales!!!!! Si dejáramos de consumir lo hecho en serie y buscamos en los objetos «el alma de lo artesano» ,de lo único ,de lo solidario,del amor al prójimo,de su reconocimiento,de ¡coño! me gusta lo que haces,lo que pintas,lo que cantas,lo que ERES….que mundo tan bonito sería este,todos con la autoestima en su sitio ,sin necesidad de antidepresivos,ni de médicos,ni hospitales……..un mundo feliz.
Yo compro en pequeño comercio y ahora procuro la venta a granel,estoy mas que harta de tirar envases.El planeta hay que cuidarlo y es nuestra responsabilidad.
Alba
mayo 9, 2016¡Cuánta razón Mónica! Me parece importantísimo lo que dices, el reconocimiento al trabajo del otro no sólo con palabras sino con accciones… ¡Gracias por pasarte!