En mis 25 años de vida me he mudado más veces que las que he hecho la cama (17 veces para ser exactos) y esta experiencia, aparte de enseñarte que nunca jamás debes limpiar los platos con un estropajo usado por el anterior inquilino, te obliga a convertirte en minimalista a la fuerza. Así pues, después de pasar por varias mudanzas internacionales y co-habitar en estudios de 30 metros cuadrados, mis posesiones se reducen a unas cuantas piezas de ropa, varios cuadros, un montón de libros, otro montón de fotos, un ordenador, una cámara digital, una colección de bolas de nieve, una lámpara amarilla sorprendentemente versátil y un cepillo eléctrico cuyo trabajo emociona a mi dentista en cada revisión.
El minimalismo y la simplicidad, que en su momento me parecieron una obligación fastidiosa, se han convertido en mi manera de ver el mundo. Y no, vivir una vida simple no implica vender todas tus posesiones, apuntarte a yoga Rue Sri Dadton e irte a tocar el sitar a la India… salvo que tú quieras, por supuesto.
Vivir una vida simple significa aprender a reconocer lo que es realmente importante, a disfrutar de la gente que nos rodea y de los pequeños momentos de felicidad cotidiana, a no apegarnos a los bienes materiales y a ser conscientes del impacto que nuestro consumo genera en nuestro entorno y en nuestro planeta. ¿Y sabes una cosa? No estamos solos en esto. Pero tenemos pocos recursos a los que remitirnos cuando pensamos en cómo llevar nuestras ideas a la realidad.
Esa es la razón por la que hoy nace Una Vida Simple, un blog práctico en el que la simplicidad, el decrecimiento, el ecologismo y el minimalismo sirven de telón de fondo de temas más importantes como la felicidad, la libertad o las relaciones personales. Un espacio de debate y entretenimiento, libre de juicios y de prejuicios en el que no nos tomaremos las cosas demasiado en serio, y esperamos que tú tampoco lo hagas.
¡Empezamos!
P.D. Y tú cuéntame ¿ya vives Una Vida Simple, estás en ello o has decidido que este rollo no es para ti?
*Foto de portada: Unsplash
7 comentarios
1Pingbacks & Trackbacks en UNA VIDA SIMPLE
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[…] Abrir un blog y tomarlo tan en serio como para ponerse a escribir en él. […]
ana
noviembre 22, 2015ay….me encanta…ya os enseñaré a hacer jabón con los residuos del aceite de freir…jajajaja
Alba
noviembre 25, 2015¡Para una entrada sobre reciclaje el tema es estupendo!
Lines
noviembre 24, 2015Hola Alba.
Es como la felicidad SIMPLE.
Beber un vaso de agua cuando tienes sed.
Abrazar a los amigos.
Besara a tus seres queridos.
Respirar el aroma de la marea alta.
Divisar el faro marcando caminos de ilusión.
Comprender que el horizonte no se alcanza pero que siempre está.
Ver las estrellas en una noche clara.
Comer cuando tienes hambre.
Abrigarte en el invierno.
Oler los cuadernos y libros nuevos.
Reír en una reunión o con un contertulio con el que se está cómodo.
Subir una cuesta y mirar atrás comprobando que llegaste a esa cima.
Abrazar a un árbol.
Ducharse.
Cantar.
Desahogar tu vejiga.
Sentarse cuando estás cansado.
Pasear al lado de un río entre bosques.
Besar y acariciar al ser amado…
Esas pequeñas sensaciones suman la felicidad, ese bienestar que apenas valoramos y que llena nuestra vida; sin embargo los obviamos ante un mal momento.
Abrazo ‘mozuquina’.
Lines
Alba
noviembre 25, 2015Claro que sí Lines, la felicidad no es más que la suma de esos momentos. ¡Gracias por pasarte!
Miren
febrero 12, 2016Hola!
Me ha encantado los temas que tratas en el blog, reamente inspirador!
Un abrazo de otra norteña 😉
Alba
febrero 13, 2016Hola Miren ¡Muchas gracias! Espero que nos sigamos leyendo por aquí. ¡Un abrazo!