Yo no sé que nos pasa pero todo lo que viene de EE.UU nos seduce muy fuerte. Nueva York, la comida rápida, Lebron James haciendo el chalk toss… hasta las frases épicas nos emocionan, o que levante la mano quien no se haya puesto Tarantinesco ante un mal revés de la vida. No hace falta ir muy lejos. Hace menos de un mes hemos podido disfrutar de nuestra descafeinada versión de la noche de muertos, un Halloween castizo que se reduce a ponerte la camiseta rota de San Silvestre 2003 y pintarte la cara de blanco, mientras bebes a morro de una botella de vodka y gritas con voz gutural “uhhhh, soy un zombie”, subestimando brutalmente la perspicacia de tu audiencia.
Nos gustan tanto los americanos que nos lanzamos a copiar hasta sus peores tradiciones, como el Black Friday (Viernes Negro), una jornada de descuentos agresivos que se celebra el día después de Acción de Gracias (este año el 27 de noviembre) y cuyo propósito no es otro que hacer que nos volvamos locos comprando productos que realmente no necesitamos.
¿Tenéis en mente esa imagen de cientos de personas entrando en un centro comercial como si les persiguiera el mismísimo Belcebú y tirándose de los pelos por un DVD a mitad de precio? Pues eso es básicamente el Black Friday. Un día en el que se juega con ese sentimiento tan humano de pensar que si compramos algo con un buen descuento en realidad estamos ahorrando. Cuando la realidad es que no solo no estamos ahorrando, sino que nos están timando y encima nos podemos hacer mucha pupa, como demuestra este vídeo.
Menos mal que el mundo tiende al equilibrio, y ya hay grupos de personas que se han rebelado contra la orgía consumista del viernes negro celebrando el Buy Nothing Day (Día de No Comprar Nada), cuyo propósito es animar a los consumidores a no adquirir absolutamente ningún producto en las 24 horas que dura el Black Friday. De hecho, participar en el Buy Nothing Day parece infinitamente más divertido que tontear con su hermano mayor, como podemos observar en la página inglesa del movimiento, que recomienda las siguientes actividades para este viernes: disfrazarte de zombie consumista y pasear por una calle comercial gruñendo: «compra, compra, compra, marcas, marcas, marcas», crear un área libre de compras en un espacio público con juegos, música, sofás y espacio para relajarse o, desde luego mi favorita, hacer una conga de carros vacíos en tu centro comercial más cercano. No me digáis que no hay opciones.
Dejando el humor inglés aparte, el día 27 podemos protestar contra el consumismo del Black Friday de la manera más eficaz posible: no regalando nuestro dinero a las grandes superficies. Este viernes no te conviertas en un billete con patas ¡apúntate al Día de No Comprar Nada!
PD. ¿Y tú? Cuéntame si este viernes no vas a soltar ni un penique o si, por el contrario, tu tarjeta de crédito va a echar humo.
*Foto de portada: Unsplash
Fernando Moreta
noviembre 25, 2015Hola Alba,
Comparto contigo todas estas reflexiones, pero no se si podré resistirme a «comprar» alguna de esas gangas a través de alguna de mis webs favoritas de consumismo digital (para gastar TODO son facilidades 🙂 ).
En cualquier caso, prometo cuestionarme la utilidad real de muchas de esas cosas que a menudo compramos de forma compulsiva, y sustituir todo ese gasto por otro gasto en una de mis grandes pasiones, la BUENA GASTRONOMÍA EN BUENA COMPAÑÍA.
¿Alguien se apunta?
Besos!
P.D.: Me encanta tu iniciativa con este foro, espero buenas ideas para ser aún mas simple!!
Alba
noviembre 25, 2015Por supuesto que me apunto al planazo 😉 Al fin y al cabo es mucho más satisfactorio invertir tu tiempo y tu dinero en experiencias y en buena gente ¡Un abrazo!
JPRuiz
noviembre 24, 2017Creo que pasaré me acercaré a la biblioteca donde, por 50 céntimos pagados ya hace años, puedes llevarte libros de 5 en 5.
Sin embargo, creo que el problema no es no comprar un sólo día. Luego llegará Navidades, Reyes, Rebajas y el cambio de temporada. Otra vez nos veremos inmersos en la tesitura de vaciar nuestros armarios de ropa porque este año se lleva las rayas verticales en vez de los estampados, o tendremos que cambiar de móvil porque su cámara tiene un megapíxel más que el anterior. Es la publicidad el arma que las grandes corporaciones (y pequeñas, no hay tienda de barrio que no tenga pegado su cartel de Black Friday) para hacernos comprar objetos que no necesitamos con el dinero que no tenemos. Nosotros sólo podemos contraatacar con la cabeza. Pensando, informándonos y creando nuestro propio sistema de valores en los que decidamos que este año nos seguimos poniendo la camisa estampada porque nos da la gana.
Alba
noviembre 28, 2017Claro que sí, al final las modas son sólo el mejor invento del sistema de consumo. Siendo conscientes podemos pasar sin ellas. ¡Gracias por comentar!