En general, los humanos del primer mundo acumulamos mucho y por varios motivos. Uno de los más importantes es la nostalgia, cuando queremos aferrarnos de forma física a un recuerdo feliz. De ahí esa figura de porcelana de 1976 que Idílio y Toñi regalaron en su boda y que todo abuelo que se precie tiene en el salón. Otro motivo habitual de acumulación en el hogar es el “por si acaso”. Yo misma guardé durante más de un año unos patines que nunca utilicé no fuera a ser que una mañana me despertara con equilibrio de skateboarder y gracia natural de bailarina de ballet. Finalmente, en muchas ocasiones acumulamos simplemente porque compramos productos que no necesitamos.
Como dice Mujica, la acumulación no nos aporta nada. Tener más cosas no nos hace sentirnos más completos, sino que consigue el efecto contrario. Cuando acumulamos, nos agobiamos en nuestra propia casa y observamos como diversos objetos van ocupando nuestro espacio vital reduciéndolo de tal manera que a veces nos falta hasta el aire para respirar.
Por esa razón, hoy comparto los trucos que me han funcionado para conseguir hacer de mi hogar un refugio minimalista.
A LA HORA DE COMPRAR
1. Compra algo sólo si lo necesitas
La regla de oro del minimalismo, aunque como nada en la vida es blanco o negro también tiene sus excepciones…
2. Reflexiona antes de comprar algo que no necesitas
Si sientes la urgencia de adquirir algo que realmente no necesitas, piensa durante un tiempo y con sinceridad por qué lo quieres. Y no vale “porque me gusta”, sino una reflexión del tipo “porque tengo la seguridad de que cada vez que lo vea me va a alegrar el día”. Si al cabo de una semana todavía lo deseas, adelante. El objetivo es evitar las compras por impulso y conseguir que cada vez que adquieras un producto lo hagas de manera consciente, sabiendo por qué es importante para ti y sin idealizar lo que ese producto te va a aportar.
3. Utiliza tu imaginación y reutiliza
Si de verdad necesitas algo piensa en si tienes algún otro objeto por casa que puedas utilizar para cubrir esa necesidad. Por ejemplo, los platos ajados pueden servir como bases para tiestos, los recipientes de helado como tuppers para congelar comida y qué decir de los tarros de vidrio, que pueden ser desde botes para legumbres hasta soportes para velas pasando por portalápices. Y si se nos agotan las ideas siempre tendremos internet para ayudarnos. Teclea “DIY” (“do it yourself” o hazlo tú mismo) seguido del nombre del objeto que necesitas y encontrarás mil opciones para reutilizar objetos cotidianos.
EN CASA
4. Cada vez que un nuevo objeto entre en casa, otro debe salir
Nadie dijo que el camino hacia el minimalismo fuera fácil y personalmente esta es una de las normas que más me cuesta cumplir. Pero tengo que admitir que funciona.
5. Cuida los objetos de tu casa como si fueras un/a comisario/a de exposiciones
Las exposiciones suelen contar con la figura del comisario, un profesional que decide qué obras de arte exponer y cuáles no, su orden, disposición, etc. Sé el comisario de tu propia casa y siguiendo con la filosofía del punto 1 y 2, permite la entrada a tu hogar sólo a cosas que sean útiles y/o que te enamoren con tan sólo mirarlas: ese dibujo de tu sobrino, una foto de familia, un cuadro con tus colores favoritos…
6. Deshazte de los duplicados, triplicados y multiplicados
Todos tenemos demasiadas tazas. Asumámoslo y tomemos medidas contra ello.
7. Evita los espacios de acumulación
Cuando no sabemos donde guardar una cosa que casi no utilizamos ni queremos tener a la vista, la almacenamos en cajones, armarios o altillos. Pero piensa que si no utilizas ni quieres ver ese objeto, a lo mejor es que no lo tienes que guardar en tu casa.
8. Acostúmbrate a hacer una limpieza de objetos de vez en cuando
Revalúa tus necesidades de la misma manera que haces una limpieza de armario cada temporada. Y en el día a día…
9. Designa un lugar para las cosas que ya no te sirven
Destina una esquina como contenedor para todos los objetos de los que te quieres deshacer y cada cierto tiempo dónalos o regálalos. Estarás proporcionando a alguien lo que necesita y a la vez deshaciéndote de un objeto que a ti ya no te sirve.
10. ¡Disfruta de tu casa minimalista!
Poco a poco comprobarás cómo tu casa minimalista se va a haciendo realidad a la vez que valoras más las pocas cosas que se quedan… porque son las que realmente quieres tener contigo.
P.D. ¿Tienes algún otro truco para mantener la acumulación a raya y vivir una vida minimalista en casa? ¡Compártelo con nosotros!
*Foto de portada: Unsplash