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EL LOW COST SALE CARO: ALTERNATIVAS SOSTENIBLES AL CONSUMO DE ROPA

Lo reconozco. No me gusta ir de compras. No sólo por los probadores, las colas y las marabuntas de gente, que también. Sino porque me agobia ver la cantidad de productos de uso pasajero que producimos para saciar nuestra sed de consumo. Según este ilustrativo vídeo, al año desechamos 2 millones de toneladas de ropa para seguir comprando temporada tras temporada. Sé que la metáfora no es agradable, pero el dato me recuerda a esa historia sobre Julio César que cuenta que tras un atracón de setas vomitaba para seguir comiendo.

 

Consumimos además ropa de mala calidad, y por lo tanto de poca durabilidad. Prendas hechas por trabajadores explotados en instalaciones que no cumplen con las medidas de seguridad básicas. Trapos que en muchas ocasiones contienen tóxicos perjudiciales para el medio ambiente y para las personas que los elaboran. 

 

Pero frente a este panorama y a noticias como ésta, es positivo recordar que tenemos alternativas. Y que éstas están al alcance de todos.

 

ALTERNATIVAS SOSTENIBLES AL CONSUMO DE ROPA

 

1. Armarios cápsula

Una manera de reducir nuestro consumo de ropa y los efectos de éste es crear un armario cápsula en el que sólo tengamos las prendas que utilizamos. Un armario minimalista hará que seamos más conscientes del vestuario que necesitamos y que cuando tengamos que adquirir una pieza nueva lo hagamos con cabeza y sin obedecer a impulsos. Además, ya sabes que el minimalismo es el mejor amigo del medio ambiente.

 

2. Marcas de ropa sostenible y justa

De la mano con la idea del armario cápsula va la opción de apostar por marcas que producen y comercializan ropa sostenible y elaborada de manera justa. Aunque suele ser un poco más cara, si te lo puedes permitir, la calidad y el beneficio para el planeta y los trabajadores merecen la pena.

 

3. Segunda mano

Una alternativa aún más ecológica es comprar ropa de segunda mano. Un artículo ya producido, usado y al que estarás dando una nueva vida. Hay una cantidad ingente de mercadillos y establecimientos en los que podrás encontrar prendas de todo tipo de estilos y para todo tipo de tallas. Y de esta manera evitarás fácilmente la generación de nuevos residuos textiles.

 

4. Trueque de ropa

Pero eso no es todo, hay otra opción para evitar ese círculo vicioso del comprar y tirar de la que os quería hablar desde hace tiempo, porque desde que la practico además de útil y sostenible me parece muy entretenida: intercambiar ropa con nuestros amigos. 

 

En mi caso, como mis amigas y yo estamos desperdigadas por distintas ciudades, hacemos los trueques vía whatsapp. Cuando hacemos limpieza de armario, sacamos fotos a las prendas que no queremos y las compartimos. Una vez que una amiga decide quedarse con una pieza, la llevamos a la siguiente reunión y si finalmente no le gusta o no le queda bien tiene la total libertad de donarla o pasarla a otra persona.

 

Esta manera desde luego es rápida y efectiva pero la más divertida es cuando el intercambio de ropa se convierte en una excusa para encontrarse. Imaginaos una tarde con amigas en la que cada una expone la ropa que ya no utiliza a modo de mercadillo, pero aderezado con historias, risas, música comida y bebida. Un planazo para evitar consumir más de lo necesario y pasar tiempo con nuestros amigos ¿qué más se puede pedir?

 

 

Como ves, hay muchas y variadas opciones para evitar el sobreconsumo de ropa, y con él la explotación y el perjuicio al planeta. Así que la próxima vez que salgas de compras, recuerda que a la sociedad de consumo lo único que le importa es tu dinero. Pero sólo tú decides cómo gastarlo.

 

P.D. Y tú ¿cómo te vistes? ¿tienes alguna marca de moda sostenible favorita? ¿o eres fan de la segunda mano?

 

*Foto de portada: Unsplash

4 comentarios

  1. Wendy
    octubre 27, 2016

    Me parecen súper interesantes tus consejos. He llegado a escuchar la excusa de no poder ir a un sitio por no tener nada que ponerse..Y aún así tener el armario lleno. Podías dar nombres de marcas de «ropa sostenible». Me encanta leerte! Besos!

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  2. Eva
    noviembre 25, 2016

    Hola! He llegado a tu blog desde un artículo de El País y estoy «cotilleando» un poco.
    Te entiendo perfectamente. Hace un par de años más o menos me leí un libro sobre este tema y decidí que ya no quería más low cost en mi vida; como dices, tiene un impacto social y en el medio ambiente muy grande, más el impacto en tu autoestima (las compras por impulso y que no te quede bien porque la ropa la hacen para vestir a palos sin forma).
    Empecé a limpiar el armario y a no reponer casi nada (aún no he llegado al armario cápsula, pero dame un par de años hasta que destroce lo que me queda), me deshice de todos los zapatos de plasticurri made in China que me destrozaban pies y espalda y, si necesito zapatos nuevos, solo hechos en España, de buena calidad. Mejor invertir un poco más en ropa que dure más de dos lavados sabiendo que está hecha en condiciones éticas.
    Y cogí el ganchillo y me hago ropa yo misma.
    Y con cosas de la casa igual: segunda mano o cosas selectas hechas en Europa.

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    • Alba
      noviembre 25, 2016

      ¡Hola Eva! Muchas gracias por pasarte y comentar 🙂 El impacto en la autoestima no lo había calibrado, ¡pero es totalmente cierto! En mi caso, desde que he eliminado el low cost de mi vida y me visto con armarios cápsula no sólo tengo el armario más ordenado y muchísima menos ropa, sino que me siento más guapa porque compro con mucho cuidado y al final sólo tengo prendas que me sientan bien. ¡Un abrazo fuerte y gracias por la reflexión!

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