Parque Natural de Oyambre, en San Vicente de la Barquera
Dicen que la cabra tira para el monte, y en este caso no podría ser de otra manera. Como dijo el artista, Cantabria es la tierra que me vio nacer, crecer y enamorarme pero también un destino increíble para pasar unas buenas vacaciones de Semana Santa slow ¿Te cuento por qué?
1. Por su tranquilidad
En una región donde las redes de pesca todavía se hacen a mano la situación más estresante que te puedes encontrar es que al entrar a tomarte un vino en un bar de Cabuérniga los autóctonos acodados en la barra te miren de arriba a bajo como al forastero que eres. Cantabria tiene infinidad de rincones en los que te encontrarás prácticamente solo. Ni una tienda de souvenirs. Ni un guía con banderita. Ni una señal de turismo masivo. Sólo tú y tu propio ritmo.
2. Por su naturaleza
El otro día hablábamos de la necesidad de reconectar con la naturaleza y Cantabria es el sitio ideal para ello. De un lado el mar cantábrico con sus playas de arena fina, del otro los Picos de Europa, y en medio praderas de un verde vivo salpicadas de vacas pintas y tudancas, ríos y cuevas kilométricas. Un lugar para alejarse de la polución, llenar nuestros pulmones de aire puro y sentirnos como hobbits correteando por la Comarca Bolsón.
3. Por su cercanía
Evita la contaminación olvidándote del avión en tus vacaciones (Salvo que vivas en Canarias o en Baleares, ahí ya no decimos nada). Para el resto, Cantabria está relativamente cerca. Tanto que puedes ir en coche, tren, bicicleta o tricilo. E incluso hay atrevidos que llegan andando por el Camino de Santiago del norte.
4. Por su gastronomía
Es difícil dar de bruces con una cadena de comida rápida fuera de Santander. En la tierruca los cocidos se hacen a fuego lento, las anchoas se soban a mano y la leche viene de la vaca. Rabas, arroces con bogavante, cocidos montañeses y lebaniegos, quesos, embutidos, sobaos, quesadas…. ¿Teniendo todo este universo de comida artesanal y hecha con mimo a nuestro alcance quién prefiere una hamburguesa de carne procesada?
5. Por su patrimonio
En un espacio tan reducido como Cantabria podemos encontrar joyas ocultas de Gaudí, castillos medievales, colegiatas románicas, cuevas prehistóricas de relevancia mundial, iglesias mozárabes, palacios de película y mil millones de tesoros más.
6. Por su artesanía
Aunque por desgracia estén desapareciendo lentamente, aún quedan artesanos que trabajan la cestería o la madera de manera tradicional en la región. Pregunta y encontrarás verdaderos artistas que producen albarcas, utensilios de cocina, rabeles…
Estoy segura de que Cantabria no decepciona y que es uno de esos viajes que se quedan contigo toda la vida. Así que ¿quién se viene a pasar una Semana Santa slow?
P.D. Aunque lo parezca, este post no está patrocinado por el Gobierno de Cantabria ni por cualquier otro ente público o privado (aunque Revilluca, si lees esto, las anchoas en Madrid son bien recibidas).
P.D. 2. Y tú ¿conoces algún otro destino slow para pasar unas buenas vacaciones de Semana Santa? ¿o prefieres meterte de lleno en el ajetreo de una gran ciudad?
Sara
febrero 25, 2016Como me gusta el norte!!! La zona Asturias-Cantabria me tiene enamorada, desde que la vi por primera vez con 7 u 8 años.
Cuando empecé con mi chico me dijo un día: oye y si vamos a Cantabria o Asturias unos días que yo no he estado nunca? Yo encantada claro, y desde entonces, al menos, una vez al año tenemos que ir! (De hecho pensamos que el día que nos jubilemos sería un muy buen lugar para vivir!)
Este año toca en semana santa, iremos a ver a unos amigos de Cantabria que ya nos tienen preparada la ruta y una buena degustación de comida típica, que ganas tengo de que llegue ese momento!
Alba
febrero 25, 2016¡Hola Sara! Seguro que os lo pasáis genial porque la tierruca tiene un montón de secretos escondidos 🙂 Un abrazo
Cabañas en Chile
septiembre 30, 2017Muchas gracias por compartir este artículo, indudablemente una buena información. ¡Sigue escribiendo!
Alba
octubre 2, 2017¡Muchas gracias a ti por leer! Un abrazo